Las azotainas entretejen una trama erótica usando las posturas, los tipos de azotes, su cadencia y los rituales
¿Qué es lo que nos gusta de una azotaina?
Si te gustan las azotainas, tienes compañía. A la mayoría de la gente les gustan. Un estudio reciente (Herbenick et al., 2020) mostró que el 77 % de los hombres y el 54 % de las mujeres habían azotado a alguien, y el 46 % de los hombres y el 66 % de las mujeres habían recibido azotainas.
Por supuesto, las azotainas se dan en cualquier combinación de géneros de los participantes. Por motivos de claridad, aquí he asumido que el azotador es hombre y la azotada mujer. Las estadísticas del párrafo anterior indican que este caso es algo más común.
Aunque uso el anglicismo 'spanking' como sinónimo de azotaina, por ser de uso frecuente, evito usar las palabras 'spanker' y 'spankee' al ser más de argot, incluso en inglés.
A la gente le gusta el spanking por distintas razones, que suelen incluir algunas de estas cosas:
Dolor erótico. Una azotaina no tiene por qué ser dolorosa. La mayoría causan sólo un dolor leve. Sin embargo, para muchas personas la calidad y la intensidad del dolor son partes esenciales de un spanking.
Contacto físico. Además del dolor, una azotaina conlleva sensaciones y contacto entre el azotador y la azotada. El culo es una zona erógena y objeto del deseo sexual. La azotaina lo convierte en el foco de la atención de ambos participantes.
Vulnerabilidad. Entre los motivos psicológicos que hacen que gusten los azotes se encuentra la sensación de vulnerabilidad causada por exponer una parte tan íntima del cuerpo al toqueteo y la infliction de dolor por el azotador.
Humillación. Las varias posiciones en las que se da un spanking suelen resultar humillantes. La azotada está inmovilizada o constreñida a no moverse, lo que la hace sentirse indefensa. Enseñar el culo es íntimo y erótico. Los gemidos, el llanto y el debatirse bajo los azotes aumentarán aún más esa humillación.
Sumisión. Para algunas parejas, las azotainas suponen el empezar a explorar el intercambio de poder, ya que colocan al azotador en una indiscutible posición de poder. El poder desnudar, avergonzar, infantilizar y pegarle a otra persona son formas tangibles de dominación.
Infantilización. El hecho de que la azotaina sea tradicionalmente un castigo para niños es un elemento que no se puede descartar, por más que a algunas personas les resulte molesto. Otros optan por lo contrario, usando el spanking como parte de juegos de edad. En este artículo me refiero a las azotainas como juego erótico y no como castigo corporal. Estoy completamente en contra de pegarle a los niños.
Castigo. Si bien algunas parejas pasan por alto el hecho de que el spanking es una forma tradicional de castigo, para otras esto es un elemento fundamental.
Posturas para un spanking
De pie. Tanto el azotador como la azotada están de pie. Normalmente se usa para una dar una rápida azotaina improvisada.
Bajo del brazo. También se usa para spankings cortos e improvisados. El azotador se queda de pie y obliga a la azotada a inclinarse, sujetándola bajo un brazo mientras le pega en el culo con la otra mano. Funciona bien cuando el azotador es fuerte y la azotada ligera, en cuyo caso se puede incluso levantarla del suelo, aumentando así su vulnerabilidad.
Reclinada sobre un mueble. La azotada se reclina sobre una mesa, un escritorio, una cama, el respaldo de un sillón, etc. Ponerle una mano en la cintura puede servir para inmovilizarla en esta posición.
Sobre el regazo. El azotador se sienta y pone a la azotada boca abajo sobre su regazo. Esta es la posición de spanking más tradicional, pero sólo funciona bien si el azotador es grande y la azotada ligera.
Sobre las rodillas. Ésta es una buena alternativa a la posición sobre el regazo si la azotada es grande. En lugar de sentarse en una silla, el azotador se sienta en el suelo o en la cama, preferiblemente con apoyo para la espalda. Luego, la azotada se echa sobre sus piernas, con la mayor parte del peso sobre el suelo o la cama.
A horcajadas sobre un muslo. El azotador se sienta en una silla o un sillón. La azotada se coloca frente a él, a horcajadas sobre uno de sus muslos y apoyada en su hombro o el respaldo. Esta posición abre la raja del culo y ejerce presión sobre los genitales, algo que a las mujeres les puede dar placer y a los hombres les puede resultar molesto.
Bloqueo de piernas. Aquí el objetivo es inmovilizar a la azotada para aumentar su vulnerabilidad y minimizar sus movimientos. Sentado en una silla, el azotador coloca a la azotada entre sus piernas y la inclina sobre uno de sus muslos. Una alternativa es empezar con la posición a horcajadas sobre el muslo. Luego el azotador bloquea con una pierna la pierna de la azotada que tiene entre los muslos.
Tijeras de piernas. En una superficie plana, como el suelo o la cama, la azotada se coloca sobre el regazo del azotador. Luego el azotador atrapa la pierna de la azotada que está más lejos de él bajo la pierna más cercana a los pies de ella. Esto le abre las piernas a la azotada al mismo tiempo que la inmoviliza. Esta posición se puede hacer de tal forma que las entrepiernas de los participantes estén en contacto, lo que la vuelve muy erótica.
A horcajadas sobre la azotada. La mejor manera de inmovilizar a la azotada es sentarse a horcajadas sobre su cintura, mirando hacia sus pies. Así el culo puede ser golpeado como un tambor. El problema es que si el azotador es pesado puede hacerle daño en la espalda. Esto se puede resolver encontrando formas de no poner todo el peso sobre ella; por ejemplo, con el azotador de rodillas o en pie.
Postura del pañal. A diferencia de otras posiciones, la azotada se acuesta bocarriba. El azotador le levanta las piernas para exponerle el culo. Para liberar sus dos manos, el azotador puede colocarse los tobillos de la azotada sobre un hombro. Una ventaja de esta posición es que el azotador puede verle la cara a la azotada para estudiar sus reacciones. Esta postura estira la piel del trasero y de la parte superior de los muslos, aumentando el dolor y la vulnerabilidad. Si se sigue empujando las piernas hacia la cabeza, se abrirá la raja del culo y se expondrá el coño.
Postura de la carretilla. El azotador se sienta en un sillón, sofá o cama, y la azotada se sienta en su regazo de espaldas a él. A continuación, la azotada se va inclinando hacia adelante hasta quedar bocabajo con la cabeza en el suelo. De esta forma, sus caderas quedan atrapadas entre los muslos del azotador y sus piernas bajo sus brazos. El trasero de la azotada queda en el regazo del azotado, listo para ser golpeado como un tambor. Esta posición puede ser un poco difícil de adoptar, pero proporciona una gran vulnerabilidad y humillación.
El dolor de las azotainas: ¿punzante o sordo?
En sentido estricto, una azotaina consiste en golpear las nalgas con la mano, y no con una pala, un cinturón, una vara o cualquier otro implemento. Esto reduce la cantidad de dolor que se administra, dadas las limitaciones de la mano del azotador.
El dolor en el culo puede ser de dos cualidades distintas. Un dolor punzante se produce por la compresión del aire sobre la piel. Se siente como un aguijonazo y picazón, y deja calor y cosquilleo en la piel. Un dolor sordo se produce por un impacto más contundente que afecta a capas más profundas de la piel y al músculo. Es un dolor más pesado que no deja calor en la piel. Un latigazo sería un ejemplo extremo de dolor punzante, mientras que una patada en el culo produce dolor sordo.
Yo suponía que la cualidad erótica de una azotaina se debía a que produce un dolor punzante. Sin embargo, luego he conocido a muchas personas que prefieren el dolor sordo, y les gusta recibir puñetazos o incluso patadas en el trasero. Sin embargo, el spanking no es una buena forma de infligir dolor sordo. De todas formas, las personas que lo prefieren pueden disfrutar al ser azotadas con la mano rígida, dando golpes de refilón o recibiendo un ocasional puñetazo en la nalgas.
Las siguientes recomendaciones son para dar una azotaina con dolor punzante.
Cómo usar las manos para dar una azotaina
Para maximizar el dolor punzante y el posterior calorcito en la piel, es mejor impactar la piel con toda la superficie de la mano, atrapando así la máxima cantidad de aire entre la palma de la mano y el culo. Se deben mantener los dedos juntos y ahuecar la mano para que coincida con la curvatura de la nalga. Es mejor relajar la muñeca para que la mano caiga lacia sobre el trasero, en lugar de golpearlo como si fuera un pala rígida.
Pegar desde una distancia corta permite un mejor control y no produce demasiado dolor. Levantar la mano en el aire le permite ganar más velocidad y recoger la inercia del brazo, por lo que el golpe tendrá más fuerza. Sin embargo, esto nos deja menos control sobre el sitio y la forma con que golpeará la mano.
Normalmente se pega perpendicularmente a la piel del culo. Pero a algunas personas les gustan los azotes de refilón porque proporcionan un dolor más sordo.
Topografía del culo
La parte del trasero a golpear también es importante en el arte del spanking.
Un spanking de calidad consistirá en azotar diferentes partes de culo con distintas frecuencias y fuerza, dependiendo de las preferencias de la azotada y del efecto que se quiera lograr.
Éstas son las partes del culo a tener en cuenta:
La cúspide es la parte más prominente de las nalgas; su área de máxima curvatura.
La raja separa las dos nalgas y oculta el ano.
El pliegue es la arruga que separa las nalgas de los muslos. Algunos traseros tienen dos o incluso tres pliegues.
Las asentaderas son el área que queda entre la cúspide y el pliegue. Entran en contacto con la silla cuando nos sentamos.
Los lados de las nalgas están a la izquierda y derecha de la cúspide.
Los nalgas superiores están encima de la cúspide, hacia las caderas.
La parte superior del muslo no forma parte del culo propiamente dicho, pero a menudo se azota también en un spanking.
En líneas generales, un spanking se da en las asentaderas y la cúspide. Pegar en las asentaderas le dejará un buen recordatorio a la azotada cuando se siente. Y tanto ella como el azotador podrán sentir el calorcito en esa zona si follan estilo perrita.
Los azotes destinados a las asentaderas a menudo aterrizan en el pliegue y la parte superior del muslo, lo que también es erótico. Pero hay que tener en cuenta que los muslos son más sensibles al dolor que las nalgas, y también más frágiles porque su músculo es más tenso y denso que los glúteos.
Los lados y la parte superior de las nalgas son más sensibles al dolor y tienen menor carga erótica. A menudo se los excluye de la azotaina, pero se pueden dar algunos azotes allí para trabajar el culo al completo.
La raja del culo es extremadamente íntima y sensible, por lo que pegar allí se reserva para las masoquistas extremas. Pegar en el ano es muy doloroso y debe hacerse con cuidado, porque está recubierto de mucosa, la misma piel delgada que se encuentra en el interior de la boca o en los labios internos del coño. Para azotar su raja habrá que colocar a la azotada en una posición que se la abra, como a horcajadas sobre el muslo, la postura del pañal o la postura de la carretilla.
Otras partes del cuerpo, como la parte interior de los muslos, las pantorrillas, las plantas de los pies, y le coño, también pueden ser azotadas, pero eso no es un spanking propiamente dicho.
Cadencia
Otra parte importante de un spanking es el ritmo con el que se dan los azotes.
Hay varias posibilidades e innumerables combinaciones.
Un ritmo regular deja que la azotada sepa cuándo viene el siguiente azote. Una azotaina fuerte y regular mantenida durante bastante tiempo crea una sensación de inevitabilidad e indefensión. Si es menos fuerte, una azotaina uniforme le permite a la azotada abandonarse a sus sensaciones y fantasías, lo que la podrá llevar a excitarse sexualmente y al espacio de sumisión.
Un ritmo desigual, especialmente si se combina con azotes de diferente fuerza, mantiene a la azotada nerviosa, obligándola a prestar atención al azotador. Evita que vaya a perderse en fantasías.
Cuando se dan azotes muy rápidos, el dolor se acumula y se transforma en una sensación continua. Sin embargo, si los azotes no son fuertes, esto proporciona una estimulación erótica del culo que puede resultar juguetona, incluso divertida.
Una azotaina lenta y fuerte permite a la azotada recuperarse del dolor de cada azote y empezar a anticipar el siguiente. Combinar esto con levantar la mano en alto sirve para transmitir un mensaje de poder, dominación y castigo.
Una ráfaga de azotes rápidos y fuertes es buena cuando queremos obtener una respuesta de la azotada.
Se suele interrumpir la azotaina para acariciar suavemente el culo. Esto permite que la azotada descanse del dolor y vuelva a conectarse emocionalmente con el azotador. Unas palabras amables también ayudan. Éste es un buen momento para preguntarle a la azotada si está bien, ya que en la mayoría de las posturas azotador no podrá verle la cara. Mientras tanto, el azotador podrá disfrutar de la suavidad y el calor de la piel.
Sin embargo, interrumpir un spanking cuando la azotada está inmersa en una fantasía, especialmente si es un castigo o un juego de poder, puede arruinar la sesión.
Estructura, tema y ritual
Estructura se refiere a lo que sucede durante una azotaina, desde el principio al fin.
Lo mejor es empezar con un calentamiento, dando azotes suaves lentamente. Luego iremos aumentando su fuerza y su cadencia hasta llegar a un punto culminante. Terminaremos dando caricias y azotes ligeros. Después del spanking hay que dar cuidados posteriores y, si se desea, sexo.
Pero hacerlo bien de verdad pude ser un pelín más complicado.
Un spanking sofisticado gira alrededor de una historia, de un tema, que se manifiesta en un determinado ritual.
Un tema puede ser un castigo o castigo simulado en el que los azotes se entremezclan con regañinas, y que no termina hasta que la azotada promete enmendarse.
O puede consistir en sojuzgar a una mocosa contestona y que se rebela hasta que el dolor la obliga a ser obediente.
O puede ser un spanking de lucha libre, en la que ella deberá ser dominada e inmovilizada antes de ser azotada. Y podrá escaparse y necesitar ser recapturada.
O pude tratarse de un spanking puramente erótico, en el que se habla de lo mucho que le está gustando a la azotada.
Un ritual que suele formar parte de todo spanking es el de desnudar el culo. Se suele empezar pegando sobre la ropa, lo que garantiza que los primeros azotes no sean demasiado dolorosos. Después de este periodo de calentamiento, cuando la tensión sexual empieza a aumentar, se bajan los pantalones o se sube la falda. Los cachetes se siguen dando sobre las bragas, que finalmente se bajan para anunciar la culminación de la azotaina. El quitar la ropa también se puede usarse como amenaza para aumentar el drama de la situación.
Una azotaina es una forma de comunicación en la que tanto la azotador como la azotada juegan un papel activo, cada uno en su propio rol. Esta comunicación puede ser parcialmente verbal, pero sobre todo se trata de que la azotador transmita un mensaje continuo usando la fuerza de los cachetes, su cadencia y las partes del culo que golpea. La azotada responderá con gemidos, pataletas, llanto, apretando y relajando las nalgas, crispando los dedos de los pies y otras señales no verbales. La pericia clave de un buen azotador se manifiesta en saber leer estas señales para empatizar con lo que siente la azotada. Esto aumenta su placer y al mismo tiempo le permite introducir cambios en el spanking para el disfrute de la azotada.
El calorcito que deja una azotaina en el culo
En mi opinión, uno de los aspectos más eróticos de una azotaina el que deje es ese culo al rojo vivo en el que no es fácil sentarse.
Científicamente hablando, se trata de una inflamación, caracterizada desde la antigüedad como “calor, dolor, rubor y tumor” - calor, dolor, enrojecimiento e hinchazón.
El calorcito, el escozor y el enrojecimiento pueden durar desde unos pocos minutos hasta un día o dos, dependiendo de la fuerza de los azotes y la fisiología de la azotada. Todo esto les suele gustar a la aficionadas al spanking y a también los azotares. Hace que follar por detrás sea más excitantes.
El calor posterior se puede aumentar considerablemente frotando el culo con pimientos picantes (capsaicina) después de una azotaina.
Cuidados posteriores
Una parte esencial de cualquier sesión de BDSM son los cuidados posteriores. Consisten en reconfortar y extraer a la sumisa del estado de dolor, vulnerabilidad y excitación alcanzado en la sesión. El dominante también puede necesitar cuidados posteriores para bajar de su propio subidón, restablecer la conexión emocional y mitigar posibles sentimientos de culpa.
Incluso si no consideras que el spanking es BDSM, deberías brindar cuidados posteriores. Si el tema de la azotaina fue el castigo, hace falta aclarar que la deuda ha sido pagada, en el caso de un castigo real, o que todo fue una fantasía, si el castigo fue simulado. Si el tema fue la dominación, hará falta restablecer roles de igualdad. Todo debe girar en torno a la ternura y la comunicación.
Si el spanking se dio como juegos preliminares al sexo, eso es lo que vamos a hacer. Los cuidados posteriores puede esperar.
Seguridad y precauciones
Una azotaina siempre debe ser consentida y la azotada debe poder retirar su consentimiento en cualquier momento. Lo mejor es darle a la azotada una palabra de seguridad para que pueda interrumpir el spanking.
Si se hace correctamente, un spanking es actividad segura. Pero, claro, siempre hay alguien que consigue estropear las cosas.
Un spanking es pegar en el culo. Si te desvías de esa zona acolchada te puedes meter en problemas. Es peligroso golpear las caderas, el sacro o la zona lumbar. Estas áreas no tienen mucho músculo o grasa, por lo que puedes pegar sobre hueso. Impactos en los riñones, situados en la zona lumbar, pueden ser extremadamente peligrosos. Esta zona también tiene nervios importantes, como el nervio ciático.
Golpear el ano con demasiada fuerza puede hacer sangre anal o causar fisuras anales, lo que puede llegar a requerir atención médica.
Hay a quien le preocupan por los moratones, porque quien los vea puede saber que han recibido una azotaina. Por otro lado, a muchas sumisas les gustan sus moratones y van por ahí enseñándolos con orgullo.
Los moratones varían mucho de una azotada a otra. Los moratones amarillos y azules ocurren cuando los capilares de la piel se rompen o filtran glóbulos rojos a la dermis. La hemoglobina, la proteína roja a cargo de transportar oxígeno en los eritrocitos, a continuación se va degradando, produciendo varias sustancias de diferentes colores. Por eso los moratones cambian de color.
Los moratones pueden tardar una semana o más en desaparecer, que es el tiempo que tardan esas sustancias de colores en terminar de degradarse y eliminarse. A menos que haya una hemorragia interna importante, lo cual es muy improbable que se produzca dando cachetes a un trasero sano, este proceso no es particularmente peligroso.
Una cuestión de seguridad que a menudo se pasa por alto concierne a las manos del azotador, quien puede desarrollar tendinitis en la mano, la muñeca o el codo después de dar una fuerte azotaina. Apenas hay advertencia de que esto va a ocurrir. Frecuentemente, la tendinitis aparece uno o dos días después de dar el spanking y puede durar varios días. El dolor se puede eliminar con ibuprofeno.
Mientras que el culo tiene toda ese acolchado de grasa y músculo para absorber el impacto, la mano y la muñeca están formadas por huesos, ligamentos y nervios empaquetados en un espacio reducido. Las leyes de la física dictan que la fuerza del impacto se distribuya por igual entre el culo y la mano. Por esa razón, que cuando una sumisa requiere niveles más altos de dolor, no nos queda más remedio que recurrir a implementos como correas, palas o varas.
Pero entonces ya habremos entrado en el territorio del BDSM propiamente dicho.
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