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Hermes Solenzol

El consentimiento no es tan simple como parece

Explorando los detalles del sexo consensual


An American man and woman discussing a consensual relationship.
Imagen generada por AI con la instrucción “foto de un hombre y una mujer americanos hablando sobre una relación consensual.” Shutterstock 2399578615.

Consentimiento: los detalles son cruciales

El consentimiento no parece complicado a primera vista. Si dos personas tienen relaciones sexuales, o ambas lo quieren o una no. Si una persona no dio su consentimiento, entonces se trata de sexo no consensuado, lo que equivale a una violación.

Sencillo, ¿no?

En realidad no es tan simple. A fin de cuentas, hay muchos casos en los que decir sí al sexo no implica consentimiento.

Por ejemplo:

  1. Uno de las personas tiene una enfermedad de transmisión sexual (ITS) y no se lo ha dicho a la otra.

  2. Un hombre se quita el condón antes de la penetración.

  3. Una mujer ha aceptado tener relaciones sexuales. Mientras lo hacen, el hombre practica la asfixia erótica.

  4. El jefe tiene sexo con su secretaria.

El consentimiento no es sólo decir sí. Requiere tener información adecuada (caso 1), respetar todos los detalles de lo acordado (caso 2), no hacer cosas que no han sido pactadas (caso 3) y falta de coerción (caso 4).

También hay casos en los que es difícil saber si el sexo fue consensual o no:

  1. Dos desconocidos mantienen relaciones sexuales improvisadas sin ponerse primero de acuerdo sobre lo que están haciendo.

  2. Una mujer tiene relaciones sexuales con un hombre después de decirle que es soltera, pero en realidad está casada.

  3. Una profesora tiene relaciones sexuales con un profesor de su universidad.

  4. Un arrendador tiene relaciones sexuales con su inquilina a cambio de alquiler.

Que consideres estos casos como consensuados o no depende de la que consideres ético o no en el sexo. Por ejemplo, puedes creer que el consentimiento debe ser explícito (caso 1), que ser engañado para cometer adulterio no es consentimiento (caso 2), que cualquier desequilibrio de poder hace que el sexo no sea consensuado (caso 3), o que el sexo no debería ser intercambiados por dinero o beneficios (caso 4).

Sin embargo, no todo el mundo estaría de acuerdo contigo en estas cosas.

Y, si usáramos la fuerza de la ley para perseguir a personas que hacen estas cosas, ¿no estaríamos violando su consentimiento al infringir su autonomía personal?

Es posible que algunos quieran utilizar el tema del consentimiento para intentar hacer cumplir sus agendas morales o ideológicas.

¿Y acaso no es la represión sexual una forma de no consentimiento?

Sí es sí, no es no y la parálisis de la violación

Las situaciones que voy a analizar en este artículo corresponden al enfoque del "sí es sí" del consentimiento, o consentimiento afirmativo. Significa que se da algún tipo de consentimiento activo, aunque sea no verbal.

El otro enfoque, que se debe desalentar , es el de "no es no", que quiere decir que se asume el consentimiento a menos que la persona diga que el sexo no es deseado.

El problema con esto es que la parálisis de la violación (una respuesta cerebral automática llamada inmovilidad tónica) puede impedir que una persona diga no al sexo cuando tiene fuertes sentimientos en contra (Möller et al., 2017; de la Torre Laso, 2023). Cuanto más fuertes sean el miedo y el rechazo producidos por el sexo, más probable será que se produzca la parálisis por violación.

Criterios par que el consentimiento sea válido

Una curiosa característica de la cultura americana es su gusto por los acrónimos: series de iniciales que a menudo forman una palabra. Por ello, la organización de defensa de los derechos de la mujer Planned Parenthood creó el acrónimo FRIES, formado por las palabras "Freely given, Reversible, Informed, Enthusiastic, Specific". Traduciéndolas, sirve para recordar que el consentimiento debe ser:

  • Libre. Se debe dar sin presión, manipulación o bajo la influencia de drogas o alcohol.

  • Reversible. Se debe poder cambiar de opinión sobre lo que se quiere hacer en cualquier momento. Incluso si lo se hecho antes. Incluso si ya se está desnudos en la cama.

  • Informado. Sólo se puede consentir a algo si se conoce todo lo necesario. Por ejemplo, si alguien dice que usará condón y luego no lo hace, no hay pleno consentimiento.

  • Entusiástico. Cuando se trata de sexo, sólo se deben hacer cosas que se quieren hacer, no las que se espera que hagas.

  • Específico. Decir que sí a una cosa (como ir al dormitorio a besarse) no significa que decir sí a otras (como tener relaciones sexuales).

FRIES cubre muchos de los detalles sobre el consentimiento sexual. Y Planned Parenthood hace un buen trabajo al explicar lo que significa cada uno de los criterios.

Lo que falta son formas de poner todo esto en práctica.


Diagram that explains the grades of consent.
Diagram that explains the grades of consent. Source https://www.killingkittens.com/blog/should-enthusiasm-be-a-requirement-for-sex/

¿Hace falta que el consentimiento sea entusiasta?

Pero antes quiero discrepar con el criterio de “entusiasta”.

No siempre tenemos un gran interés por el sexo, ni estamos deseando hacerlo, ni sentimos un fuerte entusiasmo por él. A menudo, el sexo es simplemente mediocre. Y no porque no haya salido como esperábamos. Muchos practican el sexo sabiendo de antemano que será mediocre o aburrido. Y, aún así, lo hacen y quieren hacerlo.

Tener relaciones sexuales sin entusiasmo no significa que no sean consentidas.

Hay muchas razones por las que podemos querer tener relaciones sexuales sin sentirnos particularmente atraídos por la perspectiva:

  • Quedarte embarazada para tener un hijo... y es el momento adecuado del ciclo.

  • Mantener viva la chispa en tu relación.

  • Evitar que tu pareja te sea infiel.

  • Satisfacer el deseo de alguien a quien amas.

  • Probar cosas nuevas que te asustan (bondage, azotes, sexo anal, pegging).

Muchas de las cosas que hacemos en la vida las hacemos sin entusiasmo. ¿Sientes mucho entusiasmo por ir a trabajar?

Supongo que lo que Planned Parenthood quiere decir con 'entusiasta' es que hay que querer tener sexo. Pero hay hay muchos motivos para ello, además del deseo sexual o del placer que vayamos a obtener. Sin embargo, FRIWS (con la W por 'wanted' en vez de la E de 'enthusiastic') es un pésimo acrónimo en inglés.

Lo que es una lástima, de verdad. Porque el problema es que esto creó la idea errónea de que el sexo consensual tenía que basarse en un fuerte deseo sexual y la expectativa de un gran placer. Con el lamentable efecto de desvalorizar la experiencia de personas que han perdido el deseo sexual (mujeres posmenopáusicas, personas que toman ciertos medicamentos, supervivientes de agresiones sexuales) o que tienen dificultades para experimentar el placer sexual (mujeres anorgásmicas, hombres con problemas de erección o eyaculación precoz). Cuando las sumas, esas personas son una multitud y podrían concluir equivocadamente que no deberían tener relaciones sexuales. O que no sería ético si lo hicieran. O que sus parejas son monstruos por el simple hecho de desearlas.

Esta idea del sexo entusiasta también puede hacer que mujeres que tengan una mala experiencia sexual se pregunten si han sido violadas. Sin embargo, nadie puede garantizarnos buen sexo. Algunas personas son sexualmente incompatibles y no lo descubrirán hasta que tengan relaciones sexuales.

El sexo malo no es violación.

Bueno, generoso y juguetón

Dan Savage es un consejero sexual que hace el podcast en inglés Savage Lovecast. Ha promovido la creación de muchos neologismos sexuales, como pegging (cuando una mujer penetra a un hombre con un dildo sujeto a su pubis con un arnés). Otro es que el sexo debe ser 'good, giving and game' lo que crea el bonito acrónimo GGG. Desgraciadamente, no hay manera de preservar las tres Gs cuando se traduce al español. Encima, 'to be game' es una expresión popular americana imposible de traducir al español. Lo más cercano sería 'seguirle el juego', es decir, seguir la iniciativa de tu pareja. Por dejarlo en una sola palabra, lo he traducido como 'juguetón'.

O sea, que el sexo debería ser:

  • Bueno - Lo que consistiría en tener un buen conocimiento de nuestro cuerpo, de nuestros deseos y de lo que nos hace disfrutar durante el sexo. También deberíamos tener buenos conocimientos técnicas sobre cómo complacer a nuestra pareja. El buen sexo no sucede por casualidad. Hace falta trabajárselo.

  • Generoso - Debemos practicar el sexo con un espíritu de generosidad y no de egoísmo, disfrutando del placer de la otra persona. Hay que hacer las cosas que le gustan a nuestra pareja, no sólo las cosas que nos gustan a nosotros. Incluidos los juegos preliminares y los cuidados posteriores.

  • Juguetón - Hay que seguirle el juego a nuestra pareja con un espíritu de curiosidad por descubrir cosas nuevas. Debemos ser aventureros en el sexo, dispuestos a probar, al menos una vez y sin forzar, cosas nuevas que exciten a nuestra pareja. Lo que no quiere decir que debamos hacer cosas que sabemos de antemano que no nos gustan.

Creo que éstas son buenas alternativas al criterio del entusiasmo. Así, en lugar de centrarnos en lo negativo, centramos nuestra atención en la naturaleza aventurera, exploratoria y generosa del sexo.

El sexo GGG implica riesgos, sobre todo de tener una mala experiencia sexual. Deberíamos aceptar esto como parte de la vida. Son riesgos que compartimos con nuestra pareja, en lugar de cargarle a él (porque normalmente es él) toda la responsabilidad de las decisiones sexuales.

Tenemos todo el derecho a que el sexo sea consensual. Sin embargo, debemos reconocer que el sexo también implica correr riesgos y aceptar responsabilidad por nuestras decisiones.

Consentimiento explícito e implícito

Existen diferentes tipos de consentimiento según cómo se establezca. Algunos son preferibles, pero existen muchas zonas grises. Que un tipo de consentimiento sea ético o no depende del contexto.

En primer lugar, el consentimiento puede ser explícito o implícito.

  • Consentimiento explícito es cuando se da antes del sexo, de forma verbal. Si cumple con los criterios FRIES, es la forma de consentimiento más deseable y ética. Aún así, el consentimiento explícito puede ser poco ético. Por ejemplo, si no se diera información completa sobre enfermedades de transmisión sexual, riesgo de embarazo, experiencia previa, dinámicas de poder, etc. También podría haber problemas si el consentimiento explícito no se puede revocar o si se otorga bajo presión o coacción.

  • Consentimiento implícito es cuando no se da verbalmente sino que se asume por varias circunstancias. Aunque esto pueda parecer problemático, depende del contexto. Por ejemplo, puede darse en una pareja que valora el sexo espontáneo. O puede haber muchas señales no verbales que lo establezcan claramente.

El consentimiento implícito ocurre mucho en relaciones establecidas en las que las personas se conocen lo suficientemente bien como para saber si quieren sexo o no. También podría haber un acuerdo previo de “si no digo que no, es que sí”.

También podría haber un acuerdo de no consentimiento consensual (CNC por sus siglas en inglés), que normalmente es del tipo “me lo puedes hacer, incluso si no quiero en ese momento”.

El consentimiento implícito es más problemático en el sexo casual, pero también puede ser ético si cumple con los criterios FRIES. Sin embargo, es difícil que el sexo sea plenamente informado si no se ha hablado sobre ello antes.

Consentimiento verbal y no-verbal

Hablando sobre la ética de la erótica (Herbenick et al., 2022), un artículo clasificó el consentimiento en cuatro categorías: verbal, no verbal, supuesto y sin consentimiento.

  • “El consentimiento verbal, definido como cuando la pareja expresó deseos relacionados con la asfixia, se produjo antes del sexo, durante el sexo y después del sexo” (Herbenick et al., 2022). Éste es un consentimiento explícito, pero se puede dar durante las relaciones sexuales al consultar con la pareja o después de ellas al confirmar que lo sucedido estuvo bien. Por supuesto, el consentimiento verbal antes del sexo es la situación ideal.

  • El consentimiento no verbal es una forma de consentimiento implícito que suele ocurrir durante las relaciones sexuales y consiste en gestos, movimientos corporales y expresiones faciales que indican que las relaciones sexuales son aceptadas.

  • El consentimiento asumido es otra forma de consentimiento implícito que ocurre cuando se asume que tu pareja desea tener relaciones sexuales porque se practican regularmente o se tiene conocimiento previo de que son deseadas. A veces se supone que algunos actos sexuales son aceptados porque son normales en el entorno social. Esto resulta problemático cuando normaliza prácticas sexuales peligrosas, como la asfixia. En estos casos el consentimiento no es ni informado ni específico.

  • Sin consentimiento es el caso extremo de consentimiento asumido en el que esta asunción resulta errónea. “El principal factor distintivo entre lo ‘asumido como normal’ y lo no consensuado fue la respuesta de la persona que estaba siendo asfixiada” (Herbenick et al., 2022). La única diferencia entre esta situación y la violación es que la persona que sufre la falta de consentimiento podría haber dicho que no, y no lo ha hecho.

Como podemos ver, existe toda una gradación que va desde un consentimiento totalmente negociado, verbal y explícito, pasando por el consentimiento asumido, hasta el no consentimiento.

Aún así, estas no son situaciones simples y unidimensionales. A la dimensión de cómo se da el consentimiento hay que añadirle una dimensión ortogonal representada por los criterios FRIES. Pueden darse situaciones paradójicas en las que un consentimiento verbal explícito no sea ético (porque no fue informado, por ejemplo), mientras que un consentimiento asumido es legítimo.

Consentimiento externo e interno

Algunos artículos científicos sobre el consentimiento diferencian entre consentimiento interno y externo. El consentimiento interno sería la voluntad y la intención de tener relaciones sexuales, mientras que el consentimiento externo sería la comunicación de esa voluntad a la pareja potencial (Willis and Smith, 2022).

Sin embargo, nadie tiene la obligación de leer la mente. Por tanto, nadie debería ser acusado de violar el consentimiento interno. Es la obligación de toda persona que esté a punto de tener relaciones sexuales comunicar sus límites y deseos. También existe la obligación recíproca de escuchar esos límites y deseos, y de proporcionar un entorno en el que esta comunicación pueda tener lugar libre de presiones y coerciones.

Creo que la discusión sobre el consentimiento interno y el consentimiento externo debe tener como objetivo permitir esta comunicación, enseñando a las personas cómo identificar y expresar sus sentimientos.

Consentimiento en el BDSM

En la década de 1980, la comunidad BDSM que comenzaba a organizarse se enfrentó con el doble problema de eliminar el abuso entre sus miembros y legitimar su existencia ante la sociedad y la ley.

Mientras que el sexo es algo que se practica normalmente, pegar, atar o hacer obedecer nuestras órdenes son cosas que infringen normas básicas de comportamiento. Los amantes del BDSM se enfrentaban a una batalla cuesta arriba para convencer a la sociedad de que estas cosas están bien siempre que sean consensuadas, seguras y surjan de un estado mental sano.

Así nació el criterio de seguro, sensato y consensual (SSC). Más tarde, continuó el debate sobre si era necesario reemplazarlos por otros criterios como el Risk-Aware Consensual Kink (RACK). En este artículo me limito a discutir el consentimiento, que es común a ambos enfoques.

Las personas de la comunidad BDSM utilizan el consentimiento explícito con más frecuencia que las personas vainilla (Harris et al., 2023). Los amantes del BDSM también muestran una mayor oposición a actitudes de tolerancia hacia el abuso sexual y la violación (Klement et al., 2017). De hecho, los amantes del BDSM tienen mucho que enseñarnos sobre el consentimiento.

Negociación, límites and palabra de seguridad

A lo largo de los años, los amantes del BDSM desarrollaron tres herramientas prácticas para garantizar el consentimiento: negociación, límites y palabra de seguridad. Estas herramientas podrían usarse en las relaciones sexuales para establecer un consentimiento explícito según los criterios FRIES. Especialmente cuando se trata de prácticas sexuales fuera de lo normal, como el sexo anal.

La negociación es simplemente discutir lo que sucederá y lo que no sucederá durante el sexo. Aquí se puede intercambiar toda la información necesaria. También proporciona un espacio para discutir lo que le gusta y lo que no gusta. La negociación no tiene por qué ser formal. Puede servir como una preparación para el sexo, llena de intimidad y anticipación.

Los límites son cosas que producen rechazo o que se consideran demasiado peligrosas para que tengan lugar durante las relaciones sexuales.

La palabra de seguridad es una palabra especial que indica la retirada del consentimiento durante las relaciones sexuales. Cuando se usa, la actividad sexual debe cesar. A continuación debería tener lugar una discusión sobre lo que salió mal y un cuidado emocional. En el BDSM se suele utilizar un sistema de semáforo, en el que el amarillo indica un pequeño problema del que hay que hablar y el rojo la interrupción total de la actividad.

Es importante destacar que las palabras de seguridad protegen tanto a los tops (dominante, sádico, atador) como a los bottoms (sumisos, masoquistas, atados) al otorgarle a los bottoms la responsabilidad de señalar cuando algo va mal. Aún así, se debe tener en cuenta que algunas escenas de BDSM ponen a las personas en un estado no verbal en el que no es posible utilizar la palabra de seguridad.

Problemas por resolver sobre el consentimiento

Desafortunadamente, existe todavía una brecha entre el sexo consensual ideal y lo que sucede en la realidad. Lo ideal es que exista un consentimiento verbal explícito conforme a los criterios FRIES. En la práctica, gran parte de las relaciones sexuales se realizan con consentimiento no verbal o asumido, con el 'no es no' como la única barrera frente a la violación.

También son habituales los problemas a la hora de recibir información completa, especialmente en relación con las enfermedades de transmisión sexual y prácticas de riesgo como la asfixia. También hay falta de especificidad respecto de a qué se está consintiendo exactamente. El uso de una palabra de seguridad podría mejorar la reversibilidad del consentimiento durante las relaciones sexuales.

La comunidad BDSM ha demostrado cómo la educación y técnicas como la negociación activa, los límites y las palabras seguras se pueden utilizar para mejorar el consentimiento sin restarle placer al sexo.

El consentimiento y la represión sexual

A raíz del movimiento MeToo, se ha promovido la intervención de la ley, el Estado, las universidades y los departamentos de recursos humanos en decisiones de consentimiento sexual de los adultos.

Se ha pasado por alto el hecho de que esto introduce elementos de coacción y los intereses de terceras personas y entidades con un enorme poder en nuestras decisiones más íntimas.

La diferencia de poder entre un ciudadano y el Estado, o entre una empresa y sus empleados, supera con creces cualquier posible diferencia de poder entre individuos. Y, sin embargo, hemos estado otorgando poderes paternalistas de supervisión a universidades y empresas sobre nuestros asuntos íntimos. Ahora resulta que los departamentos de recursos humanos corporativos pueden destruir relaciones amorosas entre sus empleados si se consideran un riesgo legal para la empresa, independientemente de los sentimientos de las personas involucradas. Las universidades americanas ya tienen un historial de persecuciones extralegales de estudiantes y profesores basadas en acusaciones espurias o reglas adaptadas a los intereses de la universidad.

A los conservadores y a las feministas radicales les interesa la represión sexual por sus propios motivos ideológicos. Ambos utilizan el consentimiento como un caballo de Troya para introducir dudas y miedo en las relaciones sexuales.

Los conservadores quieren eliminar el sexo casual y limitar el sexo al matrimonio.

Las feministas radicales han estado persiguiendo el BDSM, la pornografía y el trabajo sexual durante medio siglo, y ahora quieren presentarlos como actividades no consentidas.

El consentimiento y la ley del "sí es sí" en España

La actitud puritana del PSOE, manifestada en sus programas electorales, hace sospechar que quiere utilizar el tema del consentimiento sexual para atacar, no sólo al trabajo sexual, sino también a la pornografía y el BDSM.

En este artículo, he intentado mostrar que el consentimiento es una cuestión compleja con muchas áreas grises. Discutir este tema con actitudes de indignación, culpa y absolutismo no ayuda. Usarlo como herramienta política facilitará la invasión de nuestra intimidad por el estado, como viene ocurriendo desde siempre. No debemos dar nuestro consentimiento a eso.

Tachar de violación casos de falta de consentimiento causados por falta de información y mala comunicación puede resultar contraproducente al minimizar los casos en los que la violación va acompañada de violencia extrema.

Las personas que infringen el consentimiento sexual de otros deben rendir cuentas, pero de forma proporcional a su delito.

Mejor aún, debemos prevenir el abuso sexual y la violación a través de la educación, difundiendo herramientas que faciliten el consentimiento y la comunicación sobre el sexo.

Referencias

  • de la Torre Laso J (2023) The Reality of Tonic Immobility in Victims of Sexual Violence: "I was Paralyzed, I Couldn't Move". Trauma Violence Abuse:15248380231191232.

  • Harris EA, Morgenroth T, Crone DL, Morgenroth L, Gee I, Pan H (2023) Sexual Consent Norms in a Sexually Diverse Sample. Arch Sex Behav.

  • Herbenick D, Guerra-Reyes L, Patterson C, Rosenstock Gonzalez YR, Wagner C, Zounlome N (2022) "It Was Scary, But Then It Was Kind of Exciting": Young Women's Experiences with Choking During Sex. Arch Sex Behav 51:1103-1123.

  • Klement KR, Sagarin BJ, Lee EM (2017) Participating in a Culture of Consent May Be Associated With Lower Rape-Supportive Beliefs. J Sex Res 54:130-134.

  • Möller A, Söndergaard HP, Helström L (2017) Tonic immobility during sexual assault – a common reaction predicting post-traumatic stress disorder and severe depression. Acta obstetricia et gynecologica Scandinavica 96:932-938.

  • Willis M, Smith R (2022) Sexual Consent Across Diverse Behaviors and Contexts: Gender Differences and Nonconsensual Sexual Experiences. Journal of interpersonal violence 37:Np18908-np18934.


Copyright 2023 Hermes Solenzol.

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