Lista de responsabilidades que se derivan de las reglas ‘seguro, sensato y consensuado’ del BDSM
Respondiendo a la pregunta de una amiga nueva en el BDSM, escribí una lista de responsabilidades del dominante y de la sumisa. Es una pregunta difícil de contestar, ya que hay muchos tipos de relaciones BDSM. Existen diferencias fundamentales entre las relaciones en las que los participantes están “en rol” todo el tiempo y el caso más común en el que los roles de dominante y sumisa sólo se adoptan temporalmente durante una sesión.
Pero sí se pueden esbozar unas obligaciones generales que se podrían aplicar a la mayoría de las relaciones. En principio, estarían basadas en las normas "seguro, sensato y consentido" que delimitan el BDSM del maltrato.
En la siguiente lista utilizo el género femenino para la persona sumisa y masculino para la persona Dominante, pero que quede claro que estos roles los pueden asumir personas de cualquier género, en cualquier tipo de combinaciones.
Responsabilidades de personas dominantes
Conocer y respetar los límites de la sumisa.
Conocer las fantasías y las necesidades de la sumisa.
Negociar con la sumisa la relación y las sesiones, estableciendo límites y una palabra de seguridad.
Crear sesiones que satisfagan las necesidades de la sumisa, y no sólo las suyas propias.
Detener las sesión y cuidar de la sumisa si ella dice la palabra de seguridad.
No tomar represalias contra la sumisa por usar la palabra de seguridad.
Respetar y proteger en todo momento la seguridad física de la sumisa.
Abstenerse de prácticas que puedan causar daño psicológico o emocional a la sumisa.
No usar el chantaje emocional ni otras formas de manipulación psicológica, a no ser que se hayan discutido, evaluado y consensuado.
Proporcionar cuidados posteriores a la sumisa después de la sesión.
No interferir indebidamente en la vida de la sumisa, incluyendo su entorno laboral, financiero, familiar o de amistades. No aislar socialmente a la sumisa.
No espiar, acechar o violar la intimidad de la sumisa.
Controlar sus propias emociones durante la sesión, evitando actuar desde la ira, los celos y otras emociones destructivas.
Asumir responsabilidad si algo sale mal en una sesión, pedirle disculpas a la sumisa y hacer lo posible por remediar el daño hecho.
En caso de que la sumisa sufra daño físico, ataque de pánico o cualquier otro tipo de emergencia, quedarse a su lado, ayudarla y hacer todo lo posible para remediar su situación, incluido el buscar ayuda profesional o llevarla a emergencias.
Si se ha negociado el uso de castigos, usarlos de forma justa y mesurada.
Respetar la privacidad, intimidad y reputación de la sumisa en conversaciones con otras personas.
Si se juega por sesiones, tratar a la sumisa de igual a igual fuera de las sesiones, de forma respetuosa y amable.
No usar el poder que da el rol de dominante para explotar o sacar partido de la sumisa.
Interesarse por la salud, el bienestar y la felicidad de la sumisa fuera de la relación, con cariño, compasión y amabilidad.
Responsabilidades de personas sumisas
Negociar la relación y las sesiones con honestidad y buena fe.
Hacer conocer sus límites al dominante.
Conocer sus fantasías y necesidades en el BDSM, y hacérselas saber al dominante.
Estar dispuesta a servir y a obedecer al dominante dentro de los límites establecidos, o a aceptar las consecuencias.
Usar la palabra de seguridad cuando sea necesario para proteger su seguridad física y mental.
No abusar de la palabra de seguridad como forma de manipular al dominante o dirigir la sesión.
Asumir su parte de la responsabilidad si algo sale mal en una sesión por no usar la palabra de seguridad, no dejar claros los límites o no haber negociado bien la sesión.
No usurpar la autoridad del Dominante dándole instrucciones durante la sesión (‘topping from de bottom’), a no ser que se haya consensuado de antemano.
No usar el chantaje emocional, acusaciones infundadas de maltrato, ni otras formas de manipulación psicológica.
Contribuir a los cuidados posteriores y evaluación de la sesión al finalizar ésta.
Mantener a raya emociones destructivas como la ira o los celos, deteniendo la sesión si éstas se vuelven incontrolables.
A no ser que la relación de dominación-sumisión sea a tiempo completo, reconocer que fuera de la sesión el dominante no actúa como tal ni es responsable de la sumisa. El trato será de igual a igual.
No comportarse como sumisa en momentos o situaciones en que el dominante no ha aceptado jugar su papel.
No espiar, acechar o violar la intimidad del dominante.
Si se ha negociado el uso de castigos, cumplirlos de forma honesta, usando la palabra de seguridad si el castigo llega a perjudicar su seguridad física o mental.
Respetar la vida laboral, financiera, familiar y de amistades del dominante.
Respetar la privacidad, intimidad y reputación del dominante en conversaciones con otras personas.
Interesarse por la salud, el bienestar y la felicidad del dominante fuera de la relación, con cariño, compasión y amabilidad.
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