Practicar el sexo cuando envejeces te mantiene saludable y te ayuda a disfrutar de la vida
El pasado mes de enero pasado, en mi cumpleaños, puse la canción de Los Beatles When I'm Sixty-Four. La he venido escuchando desde que tenía 14 años, preguntándome cómo sería yo cuando finalmente llegase a esa edad. Ahora, cincuenta años después, creo que sorprendería a mi antiguo yo si pudiera ver en lo que me he convertido. Todavía practico buceo libre, como lo hacía cuando era adolescente, aunque prefiero ir a lo seguro y bucear con botellas. Esquío en pistas negras. Me hago vías de escalada de primero. Me acabo de jubilar de mi carrera científica y estoy comenzando una nueva como escritor.
Nada de eso está en la canción de los Beatles. Sí, arranco las malas hierbas de mi jardín de vez en cuando, pero no tengo nietos sentados en mis rodillas.
¿Quién podía pedir más?
Sigo siendo sexual. De eso es de lo que quiero hablar en este artículo, con la esperanza de que pueda ayudar a otros hombres que también envejecen.
Las mujeres envejecen de manera diferente a los hombres, especialmente en lo que respecta al sexo. Pasan por la menopausia. Es un tema que abordo en otro artículo.
La testosterona te mantiene saludable
Hay quien habla de la andropausia, el equivalente masculino de la menopausia, pero los cambios en la sexualidad con la edad en los hombres no son comparables con los de las mujeres. Mientras que la menopausia es un cambio drástico en las hormonas femeninas que se produce en un par de años, los hombres experimentan una disminución gradual de la testosterona.
En los 90 se puso de moda en círculos políticamente correctos decir que la testosterona es un veneno, una forma solapada de denigrar a los hombres. El razonamiento era que, como la testosterona promueve la agresión, es culpable de la violencia de los hombres y del abuso de las mujeres. Sin embargo, este artículo científico (Albert et al., 1993) sostiene que, a diferencia de lo que ocurre en otros mamíferos, la agresividad de los humanos es una "agresión defensiva", que aparece en ambos sexos y todas las edades, y por lo tanto independiente de la testosterona. Afortunadamente, llamar veneno a la testosterona parece haber pasado de moda últimamente.
En realidad, la testosterona es esencial para la salud de los hombres, tanto física como mental. A medida que envejecemos nos ayuda a mantener la densidad ósea, la masa muscular, la fuerza y la movilidad (Rodrigues Dos Santos y Bhasin, 2021; Snyder et al., 2018). También tiene efectos en el cerebro: cuando nos falta, podemos perder la motivación e incluso nos deprimimos.
Y, por supuesto, la testosterona es lo que mantiene vivo nuestro deseo sexual. A medida que disminuye nuestra testosterona con la edad, sentimos menos atracción por las mujeres (o los hombres, si eres gay) y menos deseo de tener relaciones sexuales. También tenemos menos erecciones espontáneas, que son más débiles y duran menos.
Teniendo en cuenta todo eso, se puede pensar la solución sería ponerse inyecciones de testosterona. Sin embargo, los médicos son reacios a hacer esto por temor a que la testosterona aumente el riesgo de enfermedades cardiovasculares y el cáncer de próstata. Uno de los estudios (Snyder et al., 2018) que documentó los beneficios de la testosterona en una amplia muestra (788 hombres) de hombres mayores (~ 72 años), también detectó un aumento de placas en la arteria coronaria.
Sin embargo, la relación con el cáncer de próstata es mucho más endeble. Otro artículo científico (Slater and Oliver, 2000) mostró que la correlación entre la testosterona y el cáncer de próstata es indirecta: se debe a que los hombres con niveles altos de testosterona tienden a ser más activos sexualmente y contraen más enfermedades de transmisión sexual, que son una causa directa del cáncer de próstata.
Por lo tanto, a menos que tus niveles de testosterona sean patológicamente bajos, es mejor evitar las inyecciones de testosterona.
Cultivar el deseo
Por si acaso, es mejor mantener niveles saludables de testosterona por medios naturales. Esto incluiría los consejos habituales para una buena salud: evitar el sobrepeso, dormir bien, reducir el estrés y hacer ejercicio regularmente. Tener relaciones sexuales y masturbarse contribuye en buena medida a mantener los niveles de testosterona y prolongar tu vida sexual.
Puede que algunos no estén de acuerdo. Muchos hemos tenido la experiencia de estar sin sexo, incluso sin masturbarnos, durante varios días, y vimos que eso aumenta nuestro deseo sexual. ¿No significa esto que nuestra testosterona también aumenta?
Un estudio científico (Kraemer et al., 1976) en un grupo de 20 hombres jóvenes (20-28 años), les hizo llevar un diario de su actividad sexual durante dos meses y dar muestras de sangre cada dos días para medir sus niveles de testosterona. Encontraron que la testosterona aumentaba cada vez que tenían relaciones sexuales. Además, los niveles de testosterona cayeron después de tres días de abstinencia sexual, lo que indica que la abstinencia sexual reduce la testosterona.
Otro estudio (Jannini et al., 1999) examinó a 83 hombres que estaban siendo tratados por impotencia sexual con medicamentos, terapia psicológica o terapia mecánica. Los que lograron una mayor actividad sexual tenían niveles más elevados de testosterona, pero no los que permanecieron impotentes.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos concluir que mantenerse activo sexualmente cuando se envejece no solo mantiene vivo el deseo sexual, sino que también mejora la salud física y mental al hacer que el cuerpo produzca más testosterona. El sexo también libera otras hormonas y neurotransmisores que mantienen nuestra salud, como la oxitocina, la adrenalina y las endorfinas.
Como digo en el mi título, en lo referente al sexo al envejecer, o se usa, o se pierde.
No eres un viejo verde
El problema que tienen muchos hombres heterosexuales al envejecer es que sus esposas o amantes pierden el deseo sexual cuando pasan la menopausia. Esto no les pasa a todas las mujeres, por supuesto. Para muchas el deseo sexual sigue igual o incluso aumenta después de la menopausia. Pero cuando sucede lo contrario, puede ser un problema. Tu esposa tiene todo el derecho a volverse asexual, pero eso no significa que también tengas que hacerlo tú. No es sólo que tu vida sexual tiene un enorme valor por sí misma, sino que puede ser esencial para mantenerte saludable y ayudarte a combatir el envejecimiento.
¿Quizás es el momento de considerar la no-monogamia? "¡Pero yo soy demasiado mayor para eso!" puedes pensar. Después de muchas décadas en una relación monógama, ¿cómo vas a volver a ligar? Bueno, sí, puede requerir algo de trabajo, negociar con tu esposa y cambiar de actitud, pero se puede hacer. Yo lo hice, aunque tengo que admitir que fue después de varios años de experiencia con el poliamor.
Lo primero que debes hacer es luchar contra la discriminación por edad de nuestra sociedad, que te dice que los hombres mayores no deben tener deseos sexuales, y menos aún salir con mujeres jóvenes. Eso los convierte en viejos verdes que se dedican a explotar a las mujeres para satisfacer su deseos enfermizos. Porque a las mujeres sólo les gustan los hombres jóvenes con abdominales marcados, ¿verdad? ¿Qué te hace pensar que querrían tener sexo con alguien como tú? ¿Acaso no te has mirado al espejo?
¡Por favor, no caigas en esa trampa! Tienes mucho que ofrecer a las mujeres. Como, por ejemplo, experiencia, empatía, sentido del humor, sabiduría y compasión. Si miras a tu alrededor, verás que muchos hombres jóvenes no son tan atractivos. Y muchos de ellos no saben cómo tratar a las mujeres. Si cuidas tu cuerpo comiendo bien y haciendo ejercicio -lo que deberías hacer de todos modos, si quieres evitar una muerte prematura-, puedes ser atractivo a pesar de tu edad. Y si ha aprendido a ser paciente, sabio y compasivo, eso puede ser precisamente lo que muchas mujeres están buscando.
Pero evita tener una actitud explotadora. Estate preparado para aceptar un no por respuesta. Sé amable y seductor, pregúntale cortésmente y sigue adelante si te rechazan.
Probablemente saldrás con mujeres mayores, con cuerpos que han soportado los mismos estragos del tiempo que el tuyo. Bríndales el mismo respeto y compasión que esperas que te den. Aprende que el sexo ocurre en un plano superior, más mental que físico, donde el placer, el humor y la conexión se pueden encontrar más allá de las meras apariencias físicas.
Si no consigues ligar o prefieres seguir siendo monógamo, mastúrbate. Hazlo de forma intencionada, no mecánica, dedicándole tiempo, energía y atención. Tal vez sea el momento de pasar del pene a otras partes de tu cuerpo, como los pezones o la próstata. Los mejores orgasmos de tu vida pueden estar en tu futuro… ¿quién sabe?
No tengas miedo de usar la pornografía para mantener vivo su deseo sexual. La tensión sexual que despierta también puede aumentar tu testosterona. Sin embargo, para mí la literatura erótica funciona mejor para encender el fuego de mi imaginación.
¿Quién teme al Viagra feroz?
Otro extraño mito moderno es que las medicinas para tratar la disfunción eréctil son insalubres, ineficaces o políticamente incorrectas.
Nada de eso es cierto.
No tengo disfunción eréctil. Empecé a pensar en usar Viagra después de leer Master of O, una novela erótica BDSM de Ernest Greene. En él, un hombre dominante toma Viagra antes de una sesión sadomasoquista impresionar a su sumisa con una buena erección. La idea tenía su atractivo, así que le pedí una receta al médico. Los resultados me gustaron, y a mis amantes también.
No es cierto que Viagra sea una droga sexista que solo beneficia a los hombres. Las mujeres heterosexuales a las que les gustan las pollas duras tienen muchas razones para cantar sus alabanzas.
Ésta es la base científica. Viagra (sildenafil), Cialis (tadalafil) y Levitra (vardenafil) pertenecen a un grupo de medicamentos llamados inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (PDE5). La PDE5 es una enzima que elimina el GMP cíclico, un nucleótido que actúa como segundo mensajero dentro de las células. En los seres humanos, la erección del pene se mantiene mediante la sangre que llena el cuerpo cavernoso en el tallo del pene. Esto requiere GMP cíclico, por lo que cuando es degradado por PDE5 se pierde la erección. Por lo tanto, los inhibidores de PDE5 pueden aumentar la potencia y la duración de una erección. No tienen ningún efecto sobre el cerebro y, por lo tanto, no aumentan el deseo sexual. De hecho, los inhibidores de PDE5 no producen una erección sin un estímulo sexual.
De todas formas, sentir que tu pene se pone duro como una piedra es un estímulo psicológico bastante efectivo, tanto para ti como para tus amantes. El efecto de los inhibidores de PDE5 se empieza a sentir a las dos horas. En mi experiencia, el efecto de Cialis dura dos días o incluso más. Estos medicamentos tienen efectos secundarios leves, pero pueden ser más graves en personas con enfermedades oculares o cardiovasculares, por lo que no deben tomarse sin consultar con un médico. Es mejor ceñirse a la dosis más baja que produce efecto.
Los inhibidores de la PDE5 no producen dependencia, es decir, que no se vuelven necesarios para tener una erección. Todo lo contrario: al llenar repetidamente el cuerpo cavernoso hasta su máxima capacidad, pueden ayudar a evitar que el pene se encoja a medida que se envejece.
Conclusión
El envejecer es inevitable. Al final todos tenemos que aceptar nuestro declive irreversible. Sin embargo, como criaturas vivientes que somos, es una obligación luchar contra él hasta la muerte. Encuentro una cierta belleza en esa tensión entre la lucha y la aceptación. Me aferro a la vida, aunque sé que eso es inútil y que al final perderé. La vida es un proceso. La muerte es el único destino. ¿Y qué mejor manera de expresar el amor a la vida que con el sexo?
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